lunes, 13 de junio de 2011

Deslógica manicomial I




Como en cualquier paso de tierra, uno mira y está el amor.

El amor que nunca es igual, y de alguna manera, se repite sin saber.
¿Por que no habría de pasar allí, en los acilos de estos ordenadores?

Bajo los árboles enamorando la sombra del invierno, se besan esos locos sin miedos,

Recorren sus manos como dos alfombras de nilón. Se ríen.





martes, 7 de junio de 2011

I

no hay poesía que alcance para describir este horror,
solo para transformarlo...

                        ....

Amurada.



Ser mujer en la quietud de este hacinamiento,
no equivale solo a llevar al útero dormido dentro, 
mas de eso no se trata,
sino de la mas violenta desfascinación por la vida.       

De ultrajada manera se eriza la piel
ante semejante reproche del cuerpo,
por exigir aquella porción de vitalidad
que ya no ve: sentir.
Alcanza a exteriorizar pequeñas agüitas,
y entre poco se recupera
y se duerme de tanta esclavitud.

¿Ya les he dicho que ser mujer ahí dentro
solo se compara con lo impensable?
Se caería el sol de semejante frialdad,
si estos versos contaran del manoseo
que muerden a estos amurados restos de carne y hueso.

Ser mujer en la rosa mas espinosa
que legitiman un par de bufones sin música,
es una simple imagen de lo que una resiste,
de lo que el cuerpo aguanta,
y sin pensarlo dos veces, de una sinfonía rota
que ya no vuelve a sonar...


viernes, 3 de junio de 2011

Lógica manicomial III



No hay nada aquí para encerrar, no hay nada…
Esta la nada misma esperando llenarse alguna vez,
Nuestra propia nada, el ser nada…
y sin embargo nos ven así, moribundos, harapientos,
llenos de aire pinchado, hechos esquirla. 
 
parecemos la reencarnación recien despierta ¿que no ven?

Somos el costo de la libertad de unos médicos silbadores,
ruidosos descansan en sus montañas.
Ni siquiera quedan de pie las alfombras
al vernos mirar hacia las misma nada del comienzo.
¡no podemos ver el tiempo! 
Ni siquiera acariciar su espalda… ya no…
erigida e impenetrable se fortalece 
la instauración de un alma en un viejo burdel.
No venimos a reproducir lo que nos arrasa,
no intenten convencernos, no somos ni viramos para el poder.

No ven que no hay nada aquí que ya puedan encerrar…
Son estas negaciones las que afirman el alma cantora…
ya se escucha sonar... cerca, muy cerca... 




Lógica manicomial II



Allí es donde todo se vuelve estático,
donde el mar se tiñe rojo violáceo.
Uno ve quebrantarse las alas,
el rugido fiel de una bestia repleta de temor.
Allí, las corrientes pasan fuerte y arrasan todo lo activo,
la sed de amar, el deseo de elegir un final,
incluso la cándida idea de arquear la realidad en trozos.

Allí es donde he visto la sombra de la muerte
caminar por las callejuelas de los tigres viejos.
Donde los álamos y las hojas del otoño lo dejan  caer todo,
hasta esa mímica de un alma sonora, de una rara llovizna…

¿No son las mentes humanas acaso, en su propia singularidad,
tan privadas  y verdaderas como soñadoras y creativas?
¿En cual de todos esos pasillos cerrados,
en esos abroncados caminos bordados de alambre,
se encuentran esas voces,
esas almas encerradas primero en pared y después en piel?  



miércoles, 1 de junio de 2011

Lógica manicomial I



En lugar de desmesuradas almas,
duermen los libros más brillantes,
las mentes que pudieron volar.
Allí existen otras asquerosas aberraciones humanas,
mutiladores de lo que se presenta.
Allí es un acilo y brota el poder, y la replica,
así agolpan y vergajean a este par de soñadores,
aun puñado de huesos y carnes débiles.
Ya casi es invisible ese hospicio
asesino de sensibilidades,
ya casi lo es.

Y sin embargo nos pasamos posando en la pared,
para no olvidarnos de este mal.

Pero se ve. 

Hay un cuarto en el lugar,
una pulgada ahí.
Ya llega la roca, el fin de esta ceguera.